Atan
bien fuerte al árbol una bolsa de piel con arroz, la comida favorita del mono.
En
la bolsa hay un agujero de tamaño tal que por allí pueda pasar justamente la
mano del mono,
Pero
una vez lleno el puño de arroz, no pueda sacarla de nuevo..
¡Pobre
mono! va al árbol, mete la mano en la bolsa y la llena con la exquisita comida.
Sí,
pero... no puede sacar el puño a menos. En ese momento sale del escondrijo el
cazador; el pobre mono grita, salta, se debate... en vano.
El
cazador lo apresa. Y sin embargo, el tonto mono no hubiera tenido más que abrir
la mano y soltar el botín, y estaba a salvo.
¡Ah,
sí! Pero prefiere el cautiverio, prefiere la muerte, antes que desprenderse del
botín.
Cuidado,
hijo, que no te aprisione también a ti el amor ávido de las cosas materiales y
te arrastren a sus cárceles las negras pasiones.
Mateo
6:33 "Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas
estas cosas os serán añadidas"
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